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Aguas revueltas y muy turbias

Editorial | 22 de abril de 2014

Hace años que la temporada de trucha no arranca tan convulsionada como la actual. Bien cierto es que una mayoría de pescadores ni se inmuta, pero otros con más sensibilidad asistieron atónitos a los acontecimientos que ensombrecieron la gran fiesta del inicio de la campaña truchera.

Después de un invierno generoso en aguas, llegó la que ya podemos llamar “la desveda de la polémica”.

Primero. Porque un numeroso grupo de sociedades y clubes gallegos hicieron llegar a la prensa un Comunicado-Manifiesto de denuncia sobre el tijeretazo que les metió la Xunta en el número de permisos que tenían para sus asociados. Y, con el estilo que parece imperar ahora: sin previo aviso.

Segundo. El Lagares, después de recibir miles de millones (de aquella, en pesetas) en saneamiento, sufre un episodio lamentable de contaminación química que arrasa la fauna del río.

Tercero. Porque al Eume le caen todas. Aún persiste el tratamiento intensivo contra la bajada del PH, pero, por si fuera poco, un talud que no aguanta y acaba en el río. El corrimiento de tierras provoca que varios miles de toneladas tiñan de nuevo este castigado curso coruñés.

Cuarto. Las obras de canalización del Río Sarria a su paso por la localidad del mismo nombre provocan que la “Plataforma Sarriana polo Río” se movilice y se encadene a los árboles en un hecho sin precedentes que se recuerden.  

Quinto. Porque el Sar sigue en la morgue y sin presupuesto para la nueva depuradora de A Silvouta.

Sexto. Porque la Asociación de Troiteiros Río Furelos denuncia que unas obras municipales en el lugar de Corbelle provocaron un desastre que afectó a dos kilómetros del río Martagona en el tramo vedado y que ese caudal en pésimas condiciones llegó al Furelos afectándolo en más de dos kilómetros.

Séptimo. Porque los pescadores han comprobado in situ la hipercolonización de cormoranes en las cuencas altas de los ríos y la preocupante presencia de visones.

Estos son temas de mayor trascendencia, los de andar por casa o de menor incidencia se multiplican hasta el aburrimiento y harían falta varios periódicos para dar cuenta de ellos.

Mientras tanto, la Consellería, la Dirección Xeral de Conservación y Augas de Galicia ni se inmutan.

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