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la lamprea uno de los seres mas primarios y menos evolucionados del mundo animal

Trueiro  |  21 de abril de 2014 (15:05 h.)
Imagen de un arte de pesca de la lamprea.

La lamprea, “Petromyzon marinus Linnaeus 1758”, es uno de los seres mas primarios y menos evolucionados del mundo animal con la nada despreciable antigüedad de 500 millones de años.

La lamprea, “Petromyzon marinus Linnaeus 1758”, es uno de los seres mas primarios y menos evolucionados del mundo animal con la nada despreciable antigüedad de 500 millones de años.

Las tierras gallegas son el último reducto de la península. O Pai Miño (Arbo) y el Ulla (Pontecesures y Padrón) pueden presumir de ostentar el más alto rango de distinción en su explotación comercial y su preparación culinaria.

De enero a marzo, la lamprea está en plenitud de temporada aunque también los meses de abril y mayo pueden ser buenos.

Hace años, en España, también había lampreas en Extremadura, Andalucía, Levante, Cataluña y Aragón. Ahora, solamente se encuentran en ríos de la cornisa atlántico-cantábrica.

  • MORFOLOGÍA:

La lamprea conserva las características más primitivas de los primeros invertebrados.

El cuerpo de la lamprea es alargado, con dos aletas dorsales situadas en el tercio posterior y una pequeña aleta caudal. A diferencia de otros peces carece de opérculos branquiales y las aberturas se limitan a sietes pares de “olluelos” u orificios dispuestos en dos filas paralelas a ambos lados de la cabeza.

Este ciclóstomo suele ser pardo amarillento o verdoso-azulado, con manchas amarillentas mientras que el vientre es de color claro. Tiene dos aletas y su cola termina en punta.

Su piel carece de escamas, es lisa y escurridizamente viscosa. Si alcanza el metro de longitud estaremos hablando de un buen ejemplar.

Es un pez caracterizado por carecer de mandíbula y disponer de un esqueleto cartilaginoso sin partes óseas.

  • BIOLOGÍA:

Su ciclo vital se resume fácilmente: nace en los ríos, baja al mar para alcanzar la madurez y vuelve al río a desovar donde muere.

Tiene por tanto dos fases bien diferenciadas. Tras una fase larvaria continental migra al mar. Permanece en el océano unos tres años y retorna al río a reproducirse tras lo que cual muere en poco tiempo.

La fase marina de la especie aún presenta grandes incógnitas. Después de dos o tres años en el mar alcanza su madurez y su instinto reproductor le trae de regreso a los cauces fluviales y es en este momento cuando se procede a su captura.

  • ARTES DE PESCA:

Los métodos de pesca más genéricos son las redes y las “pesqueiras”.

Las redes y sus variantes son propias de las zonas de estuario y desembocadura, mientras que las “pesqueiras” lo son de las zonas más altas.

Las “pesqueiras”, verdaderas joyas del tiempo de los romanos (del s. V a. C. hasta el s. II d. C.), son ingeniosas construcciones formadas por grandes sillares de piedra. Están situadas dentro del río y se alinean en perpendicular o en oblicuo al curso del agua. Su estratégica situación provoca la captura de los peces cuando remontan el río.

Las “volantas” son redes que cruzan el río en perpendicular y derivan empujadas por la corriente.

Los “butrones” -nasas cónicas o cilíndricas- son aparejos de malla y aros de hierro con un orificio de entrada y sin salida. Se sitúan en el fondo del lecho por lo que son menos acaparadores que las redes.

Otra modalidad o técnica es la “fisga”, “francada” o “tridente” que consiste en un palo largo con una serie de puntas en su extremo inferior con el que se clavan las lampreas.

LAS PESQUEIRAS DEL MIÑO:

De Salvaterra a Crecente hay unos 30 kms de curso fluvial jalonado por estos muros.

Las “pesqueiras” del Miño están formadas por varios “poios” o “pescos” de piedras encajadas a modo de puzzle. No hay cemento ni otro elemento de sujeción.

Las medidas son dispares. Hay “pequeiras” de uno o dos “poios” y las hay hasta de seis.

La “pesqueiras” múltiples del Miño –mas semejantes a las del Ulla- crean corrientes en los huecos que hay entre los “pescos”. En estos corredores o pasadizos –de un metro de ancho llamados “calles”- se colocan los “butrones”.

Arbo es la “Capitalidad Gallega de la Lamprea” por excelencia.

Las “pesqueiras” o “pescos” de Arbo son muros de piedras paralelos que se adentran en el agua en diagonal o batería a la corriente del agua.

El Miño llegó a tener unas 700 “pesqueiras”. En la actualidad se conservan unas 400.

LAS PESQUEIRAS DEL ULLA:

Las “pesqueiras” del Ulla se localizan en Herbón, Padrón, hasta Sinde.

Son grandes bloques cuadrangulares formados por piedras.

Están alineadas en perpendicular a la corriente cruzando casi todo el río menos la corriente central.

En los pasillos que hay entre los bloques –llamados “pesqueiro” o “cangalla” (“poios” en el Miño)- se colocan los “copos” o “redes”. Las lampreas que no consiguen remontar la fuerte corriente caen dentro de la red y la fuerza del agua les impide salir.

De las milenarias construcciones del Ulla, sólo una de ellas, O Canal, está dispuesta en forma de vértice orientado hacia la corriente para desviar el agua a las orillas donde están las trampas, pero con una vena central que permite el remonte.

La concesión para pescar lampreas en las “pesqueiras” del Ulla tiene su origen en un documento fechado en el siglo IX que en actualidad está en poder de la familia Lago de Herbón y que en su día fue interpretado por un fraile del Convento de los Franciscanos situado a escasos metros de la zona lampreeira.

La pesqueiras mejor conservadas son Areas, Vellas, O Canal, O Plateado, A Trapa y Coqueiro.

La normativa oficial permite la pesca desde las 8 de la tarde hasta las 8 de la mañana descansando sábados y domingos.

OTRAS ARTES DE PESCA DEL MIÑO:

En el Baixo Miño, cerca del mar, se pesca con “trasmallos” llamados “miños” o “lampreeira”.

Estas redes de deriva miden unos 115 metros de largo y 2,5 de alto. El trabajo de esta arte de pesca es bien sencillo, se larga la red y por efecto de la corriente va pescando sola.

La temporada de pesca para estos aparejos se abre el primero de enero.

Otro arte de pesca es el “rodeiro” o la ancestral “rede cabaceira”, malla que se utiliza lastrada y pendurada de una boya flotante. La red se larga en los pozos y remolinos y trabaja flotando atrapando a las lampreas que suben.

La Presa de Frieira, en Ourense, es el peor enemigo de la lamprea en el Miño. Esta barrera infranqueable es un obstáculo insalvable que obliga a la especie a frezar aguas abajo o en los afluentes.

OTRAS ARTES DE PESCA DEL ULLA:

Además de las “pesqueiras”, el río Ulla tiene otra técnica de pesca que tradicionalmente utilizan los Valeiros Cesures. Son los “butrones”, muy semejantes a los de las “pesqueiras” del Miño. El “butrón” del Ulla es una nasa o red de forma cilíndrica que se dispone en el fondo del río. Tiene unos dos o tres metros de longitud. Con un orificio de entrada de unos 50 cms y unos aros que van estrechando la cavidad interior. La lamprea una vez que llega al final queda atrapada y ya no puede salir.

LAS “ESTACADAS” DEL TEA

En el Miño, parte de las lampreas remontan uno de sus tributarios, el río Tea.

Se utiliza un método único para la captura de la lamprea: “las estacadas”.

Son construcciones o empalizadas de madera que cruzan el río en perpendicular. Constan de varios pilares de unos dos metros de alto sobre los que se posa una pasarela, donde se colocan los pescadores.

Las “estacadas mas habituales se hacen con pilares de eucalipto o pino pero en la actualidad ya hay “estacadas” metálicas con la innovación del método tipo “puente elevadizo” mediante poleas.

Las lampreas remontan el río pegadas al fondo, cuando pasan por debajo de las “estacadas” los pescadores las clavan con las “fisgas” o “francadas”.

El río está segmentado en “puestos de pesca” desde Salvaterra de Miño hasta Ponteareas.

Al contrario de la sucesión de las “pesqueiras”, no se explotan por herencia familiar. Estos puestos van a sorteo libre entre aquellos pescadores que los soliciten.

El sorteo público se realiza a primeros de enero.

La temporada empieza a mediados o finales de enero hasta el último día de abril. El horario de pesca abarca desde las nueve de la noche hasta las ocho de la mañana del día siguiente. Los domingos son días inhábiles.

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